Módulo 2: Cognición corporizada

La especie humana modifica su entorno a través de los dispositivos que crea. Pero, en ocasiones, la afirmación inversa es igualmente cierta: algunos artefactos también transforman al ser humano y sus capacidades cognitivas. No es ciencia-ficción, sino que gracias a nuestra capacidad para establecer procesos de asimilación entre organismo y tecnología, la mente humana y nuestros sentidos, pueden expandirse y extenderse. La sensación experimentada al llevarlas es como si no hubiera, de hecho, un artefacto que mediara entre nosotros y la actividad. Esta facultad de nuestras capacidades de expandirse a través de los artefactos abre la puerta a convertirnos, literalmente, en Cyborgs.

Temática del módulo

Las relaciones entre nuestra mente y ciertos artefactos nos llevan a plantearnos si –con la tecnología adecuada- se pueden extender algunos procesos cognitivos para que “salgan fuera de nuestra cabeza”.

En primer lugar, se quiere reflexionar sobre cómo la mente -y sus capacidades- se  configuran mediante el  movimiento del cuerpo. 

Posteriormente, mostraremos cómo la manipulación corporal mediante la fusión con tecnologías puede modificar capacidades cognitivas y sensoriales y llevarlas fuera del rango de las posibilidades humanas existentes.

Finalmente, consideraremos si con estas tecnologías de sensorización coporal y monitorización cinestésica que permitan generar nuevos sentidos o modifican los existentes nos acercamos a un horizonte de hibridación Cyborg.

REFLEXIONAREMOS SOBRE SI….

¿Podremos crear mentes artificiales?

Nos preguntaremos si las operaciones mentales pueden ser reproducidas mediante cálculos informáticos o existe un impedimento en esta analogía. Avanzaremos en las repercusiones que supone asumir que nuestras funciones cognitivas dependen de nuestro cuerpo. 

¿Nos dotaremos de nuevos sentidos?

Los cinco sentidos de que disponemos los humanos no son las únicas formas que ha inventado la naturaleza para percibir el entorno. Con la tecnología adecuada, ¿podemos alterar nuestra naturaleza y generar nuevas formas de experiencia sensorial asociadas a sentidos extendidos? 

¿Asimilamos la tecnología como si formase parte de nosotros?

En ocasiones, dispositivos  incorporados no se nos presentan como algo ajeno, sino que quedan mimetizados en nuestros movimientos corporales. Quedan ocultos porque se fusionan en el continuo de nuestras acciones, haciéndose “transparentes” (como el ratón del ordenador o el bastón de un ciego, que se experimentan como prolongaciones de nuestro cuerpo). Con estas prótesis tecnológicas, ¿Deberíamos seguir llamándonos humanos?